domingo, 7 de junio de 2009

El Analisis Juridico de la Violencia en el Deporte

Texto publicado en Noviembre de 1989 por el “Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona” recopilados junto a otros en el denominado “El Análisis Juridico de la Violencia en el Deporte”. (Ponencias presentadas con motivo de la conferencia en Barcelona de la U.I.A.-1988.).
Autor: Andreu Ros i Cabello. (Secretario del Comité Catalán de Competición de la Federació Catalana de Voleibol en la fecha de referencia).


Es muy cierto y se ha de dejar constancia de este hecho, que la principal particularidad del Balonvolea como deporte de equipo, respecto a otros tipos de competiciones viene dada fundamentalmente por la total ausencia de contacto físico entre los jugadores, lo cual favorece enormemente la eliminación de riesgos por actuaciones de tipo violento, al menos en la pista.
Mi experiencia particular como ex_jugador, entrenador y en el transcurso de los últimos años, Secretario del Comité Catalán de Competición, me proporciona datos suficientes como para garantizar que la preocupación natural ocasionada en el mundo del deporte por un incremento de la violencia no está relacionada directamente con la propia práctica deportiva, sino con el entorno de la competición y muy especialmente, con los ámbitos en los que el deporte ha pasado a ser esencialmente un espectáculo público y en muchos casos, una actividad comercializada más que un acontecimiento intrínsicamente deportivo.
Aun y así, existen matices importantes a tener en cuenta, como son la formación humana e intelectual del deportista, su ambiente natural a la práctica deportiva y la formación de tipo deportivo que los entrenadores puedan ofrecer a los jóvenes atletas.
Resulta muy penoso contemplar en algunos deportes como en las edades de formación (cadetes y juveniles), los entrenadores dan instrucciones concretas que fomentan la violencia, al anteponer los logros personales (resultados) a la formación del atleta, sin olvidar que ésta es una de las consecuencias de un sistema mal aplicado que premia los resultados (triunfos) como base fundamental del juego, en lugar de valorar la formación técnica, física y humana de los integrantes de un conjunto deportivo.
EL balonvolea, practicado en un alto índice por universitarios en edad “Senior” confiere lógicamente una limitación natural en lo que se refiere a la violencia (por el grado intelectual de muchos de sus practicantes) pero sobre todo por la inclinación natural que el joven que ha escogido la opción de un deporte sin contacto físico genera en si mismo. La aparición de la violencia resulta difícil cuando, ya desde un principio una de las partes no esta interesada en la misma.
En lo tocante al Balonvolea, el público suele estar formado por ex_practicantes, jóvenes que se inician y miembros integrantes de la práctica activa del mismo.
Si partimos de la base de que existe una inclinación natural por parte del deportista que elige la práctica del Balonvolea respecto a la falta de contacto y exclusión de la violencia por si misma, es lógico que la constituirse en público mantenga estas constantes y que el grado de posible violencia transmitido desde la gradería al jugador quede muy limitado.
Los árbitros proceden en su mayoría de los cuadros de jugadores, por lo que sus conocimientos técnicos son amplios y están mas en la línea del propio jugador, lo cual permite una dirección del juego mas adecuada a los sistemas de arbitraje comprobados con otros deportes y genera mayor respeto ,por parte de todos los contendientes, hacia las decisiones adoptadas por un juez en la dirección del juego.
Las actuaciones del “Comité de Competición” son sensiblemente severas en cualquier acto, no ya de violencia, sino de simple falta de respeto hacia los propios compañeros de equipo, hacia los adversarios o hacia los árbitros. Esta situación elimina cualquier inicio de agresividad oral o física dejando al jugador que libere sus deseos de cualquier tipo de violencia mediante sus conatcto con el balón. Se trata de un trabajo formativo esencial desde la base.
Los planteamientos observados en todos aquellos actos deportivos en los que la violencia destaca con mayor intensidad se encuentran muy relacionados, desde nuestro punto de vista, con la formación de los propios técnicos, la de los jugadores, la de los mismos dirigentes y en muchos casos con los medios de comunicación que, si bien han de ofrecer una realidad informativa a sus lectores, tendrían que ser críticos con si mismos y evitar las provocaciones encubiertas a las que todos hemos asistido con frecuencia, sea por vía escrita, sea por vía radiofónica o televisiva. La verdad es un derecho del informador, pero resulta habitual que la exposición de esta verdad no sea siempre realizada del modo mas adecuado para evitar enfrentamientos y la consiguiente generación de violencia.
Es obvio que en tales casos, la violencia es generada por transmisión desde la cúpula directiva (vía entrenador) hasta el jugador, pasando por la correa de transmisión que los medios de comunicación constituyen respecto al público.
Finalmente será el juez_arbitro, quien en el transcurso del acto deportivo, tendrá que estar mas pendiente de atajar esta fase de violencia, que de la aplicación natural de las Reglas del Juego, dejando sin valor el acontecimiento deportivo y convirtiendo los esfuerzos que fijaban como base de un cuerpo sano en una mente sana, una mente enferma con un cuerpo que, de vez en cuando ha de recurrir a las “ayudas de farmacia” para poder imponer su fuerza por encima de su natural inclinación creativa.
El tema de la violencia tiene su inicio en la cúspide (directivos) y su final en la pista. Normalmente se sanciona según el Reglamento al último actor, el deportista, pero ¿quien es el verdadero culpable de la situación actual?.
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He recuperado este texto tras visionar la violencia generada en la calle tras los éxitos deportivos de un club, por los aficionados y seguidores del mismo club. También, tras visionar la lamentable actuación de un teórico defensor del televidente al que le reclaman por los excesos de las retransmisiones deportivas y los cambios de programación que de manera continua han llevado a cabo en los últimos días y que el defensor del televidente “convierte” en prioridad informativa.....y también tras visionar un partido de fútbol de alevines en Mongat...en el decurso de un Torneo “amistoso” y en el que los consejos de los padres de los jugadores a sus hijos durante el desarrollo del encuentro me ha sumido en la tristeza....las causas que yo exponía enl 1988 relatadas arriba, no solo no han mejorado, si no que es evidente han ido a peor..¡que lastima!
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

El artículo está muy bien. Le felicito por su clarividencia.

Entre el balonvolea y el fútbol, sin embargo, distan varios mundos, cuando no universos. Está el componente educativo y social (básicos, a mi entender) y un negocio montado sobre contraposiciones infantiles, a menudo expuestas de un modo lamentable.

Aun así, no me negará usted que los careos entre jugadores con la red o sin la red de por medio añaden salsilla al espectáculo...

ARC dijo...

amigo Oriol cierto es que comparar el Balonvolea o Voleibol con el mundillo del futbol es harto dificil, y seguro que le da mas vidilla a la competicion (que no a la formacion)los careos entre los jugadores que en el mundo del Volei es mas psicologico y se concentra en miradas, "dejadas", fintas y demas y la agresividad se libera golpeando al balón, no al contrario...ciertamente es otro mundo pero la "formacion"`en el futbol pasa por "ganarlo todo" y no es eso amigo, no es eso.
Un saludo y gracias

Ireneu Castillo dijo...

Toda la razón del mundo. Yo mismo me metí a jugar a voleibol porque era un deporte en el cual no hacía falta pegar patadas o empujones al contrario, sino que la técnica particular y la coordinación de equipo eran básicas. La violencia solo genera violencia y mientras desde arriba vean estos deportes como una válvula de escape de la sociedad y se promocione como un mal menor o guerra de mentirijillas, esta sociedad avanzará bien poco.