miércoles, 16 de enero de 2008

La derrota tenía que llegar un día.

JM Gomez, gran periodista y fina pluma, escribe en "La Vanguardia!" un artículo bajo el título "Argiles in memoriam" que no me he podido resistir a traer hoy...tal vez porque viví y disfruté esa época, tal vez porque los humanos somos de mente débil y olvidadiza y no sabemos "apoyar" a nuestros ídolos cuando pasa el tiempo y desaparecen los aplausos.Hoy las estrellas son otras, pero también dejaran de serlo y...cuando llegue ese día.....este artículo tendrá mas vigencia todavía. El autor del artículo, como yo es perico......¿y que...?.
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"Argiles in memoriam" JM Gomez (La Vanguardia)


La derrota tenía que llegar un día. Lo que no era de esperar es que llegase de forma tan lamentable, sin dar una a derechas ni a izquierdas en todo el partido. Volvió el Espanyol de las negras tardes, el que parece estar reñido no ya con el fútbol sino con la épica, que a falta de juego puede salvar los muebles. Dicho esto, no empecemos ahora a criticar a Ernesto Valverde, aunque a la espera de entrar en el G-14 donde todos los equipos serán buenos hay que pedirle que busque el antídoto para ganar a los equipos flojos que se nos atragantan y son mayoría. La sombra de Antoni Argilés la vi revolotear en la pantalla del televisor mientras duró el sucedáneo de partido. Durante toda la semana leí que Tamudo iba a igualar o a quedar a un solo partido de los 300 que Argilés jugó con el Espanyol a lo largo de su vida deportiva. Fue un defensa duro, rápido, fuerte, que lo dio todo por el club como jugador, como lo está dando Tamudo, y tuvo un final dramático que no le deseo al delantero. Argilés era de Terrassa. Como Parra, como Artigas, como Celma, como algunos jugadores más del Espanyol de aquellos años, la década de los cincuenta, con Scopelli como entrenador, Domingo en la portería, Argilés, Parra, Cata en la defensa, Bolinches y Artigas en la media y Arcas, Marcet, Mauri, Piquín y Egea en la delantera. Fue un señor equipo. Sergi Beser, fanático del Barça, experto en indios y en novela policiaca y excelente catedrático de Literatura en las aulas universitarias es, además, un morellano aficionado a la sociología del fútbol. Un día me explicó que por la vinculación con el club de muchos jugadores nacidos en Terrassa el Espanyol tenía allí miles de seguidores y muchos de ellos eran de Morella: gente de la industria textil emigrada desde el Maestrazgo a una Terrassa que necesitaba mano de obra especializada en los años en los que el Vallès era meca del textil. La historia de clubs y seguidores ofrecen perspectivas sentimentales y socioeconómicas que suelen pasar inadvertidas. Cuando Argilés se retiró estudió para entrenador y sacó el número uno de su promoción. Vila Reyes le hizo entrenador del Espanyol a media temporada pronunciando una frase tonta propia de directivo: "Les presento al Miguel Muñoz del Espanyol", cuando Muñoz ya iba para el decenio en el banquillo del Madrid. Argilés estuvo medio año. Su último partido como entrenador fue en Málaga, cerrando la Liga. El Espanyol perdió por goleada y bajó a Segunda División por segunda vez en su historia. Días después Vila Reyes fue detenido por el caso Matesa y el club vivió una de las muchas crisis de su historia. El Barça se portó bien y nos fichó a Marcial para salvarnos económicamente. Pericos a los que se les nubla la vista y gritan vade retro Satanás cuando leen el nombre del Barça dirán que lo ficharon porque les interesaba, pero el caso es que nos podían haber ofrecido cuatro pesetas sabiendo que teníamos que vender y en cambio se portaron bien. En aquella época las directivas aún no habían perdido el sentido de la elegancia para con el rival. Argilés dijo adiós al fútbol y diría que también a la vida. Su día a día fue un drama a partir de aquella derrota. Los 301 partidos que había jugado no sirvieron como lenitivo para su amargura. Vivió mal los últimos años de su vida, diría que en fase de progresiva autodestrucción. No se debe entrenar nunca a los equipos que se ama. El Espanyol lo ha experimentado con dos de los jugadores que más amaron al club: Argilés y Arcas. Con los dos bajamos a Segunda División. El fracaso de Argilés como técnico no debió empañar en el club su legendaria trayectoria como jugador, pero lo cierto es que le dejamos tirado. Esto último pasa en todos los órdenes de la vida, pero saberlo no es un consuelo.Vi su sombra revoloteando en la pantalla mientras duró el sucedáneo de partido.

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